Nuevos conceptos no se llevan a la práctica porque chocan con profundas imágenes internas acerca del funcionamiento del mundo...
Imágenes que nos limitan a modos habituales de pensar y actuar. Por esto es necesaria la disciplina de manejar modelos mentales; afloramiento, verificación y perfeccionamiento de nuestras imágenes internas acerca del funcionamiento del mundo, promete ser una decisiva innovación en la construcción de un futuro, esperemos no muy lejano, de estructuras, organizaciones y empresa inteligentes y eficientes.
Nuestros "modelos mentales" no sólo determinan el modo de interpretar el mundo, sino el modo de actuar. Chris Argyris de Harvard, quien ha trabajado con modelos mentales y aprendizaje organizacional durante tres décadas, lo expresa de esta manera:
"Aunque las personas no siempre se comportan en congruencia con las teorías que abrazan, sí se comportan en congruencia con sus teorías en uso; "los modelos mentales".
¿Por qué los modelos mentales son tan poderosos para afectar lo que hacemos? En parte porque afectan lo que vemos. Dos personas con diferentes modelos mentales pueden observar el mismo acontecimiento y describirlo de manera distinta porque han observado detalles distintos. Cuando usted y yo admiramos un cuadro, ambos recibimos los mismos datos sensoriales básicos, pero registramos detalles diferentes. Como dicen los psicólogos, observamos selectivamente.
El problema de los modelos mentales no radica en que sean atinados o erróneos. Por definición, todos los modelos son simplificaciones. El problema surge cuando los modelos mentales son tácitos, cuando existen por debajo del nivel de la consciencia. Este ocultamiento a nuestro yo consciente nos restan capacidades de adopción de nuevos conceptos en nuestra realidad cotidiana, aunque en un primer intento hayamos visto su validez.
Podemos modificar conductas o hábitos, previa motivación para ello, si conocemos su existencia y cómo nos influyen en nuestra vida, tanto para bien como para mal.
Un mapa es una representación gráfica de un entorno: un terreno, una porción de cielo,… no es el entorno mismo -ni el terreno, y tampoco el espacio aéreo- en definitiva, “un mapa no es el terreno”. De forma análoga, el mapa mental no es la persona. Pero tenemos que tener algo muy claro, el mapa mental de un individuo condiciona a este en su conducta y sus elecciones en la toma de decisión (esto se refleja de una forma directa en la comunicación no verbal)
El mapa mental es un añadido a la persona, Tan íntimamente unido a él como consideremos pero no participa de la naturaleza de la persona misma. El mapa mental es la ardua tarea de nuestra existencia; es nuestro aprendizaje y valores inculcados los que van configurando los mapas mentales rectores y de nuestro yo sistémico.
No debemos demonizar el mapa mental como concepto paralizante o inhibidor de lo creativo y nuevo. El mapa mental también hace posible nuestra existencia con el mínimo riesgo asumible para nuestra integridad; “Si algo te va bien no lo muevas”. Entiéndase la integridad tanto física como mental.
El egocentrismo infantil perdura en nosotros (ya, adultos) como mecanismo de satisfacción a corto plazo, es algo que parece ser va unido a nuestro cerebro reptil. Cuanto más dure esta etapa más posibilidades hay de ser transgresores sociales ya que no estaremos condicionados con la normas sociales rectoras de nuestro entorno vital. Estas normas de buena conducta social influyen de forma directa en un comportamiento de auto censura de nuestras elecciones o decisiones.
La mente de un niño es creativa de por sí. Ese egocentrismo en la génesis les hace inmunes a las trabas sociales de las “buenas conductas habituales” siendo una etapa por lo general plena de creatividad, inventiva e imaginación. Que, poco a poco, se va doblegando, en la mayoría de los casos, hasta llegar a ser, ese niño, un ciudadano socialmente atractivo y válido por que los comportamientos son los esperados y habituales en esos lares geográficos o tribales. Pero, a la vez, menos creativo e innovador por el riesgo de repudio social que conlleva serlo.
A medida que las experiencias sociales de un individuo van dando su refuerzo positivo por ser socialmente adaptado, va disminuyendo la iniciativa hacia la innovación y creatividad que en la niñez tenía.
¿Ser adulto y a la vez innovador y creativo es posible? rotundamente, sí. A las pruebas de la historia de la humanidad me remito. ¿Ser transgresores sociales es necesidad sine qua non para ser creativo e innovador? Sí, rotundamente también. El verdadero valor, en mi opinión, de ser trasgresor con éxito social conlleva ser adulto social.
A un trasgresor con éxito social se le califica de excéntrico pero, ser un trasgresor sin éxito social se le califica de loco, por no usar otros epítetos más fuertes.
Ser trasgresor por inconsciencia o por «borderline» del crecimiento mental tiene solo el mérito que le asigna el mecenazgo económico o social de lo que está de moda. Y tan rápido crecimiento tiene sus días contados ya que voluble es la voluntad del que impone la dictadura de lo correcto.
En la otra vertiente, ser un transgresor socialmente adulto y con las capacidades sociales no mermadas, no es garantía de éxito, pero si lo consigue será de un valor social tal que modificará los mapas mentales de muchos otros conciudadanos.
En cualquiera de los dos casos, anteriormente descritos como trasgresores sociales, es necesario que sean avalados por el poder económico o social al más alto nivel de poder. Un aval que, como mínimo, sea propiciatorio para la promoción del “nuevo concepto” hasta su implantación social.
En relación a estos mecenas necesarios para el éxito de la transgresión: queremos resaltar dos, entre muchas otras, motivaciones y formas; mientras que en un caso va por gustos y oportunismo, por el otro es la interiorización y el valor en grado absoluto de lo formal, racional y razonable. Esta última forma hará más factible la adopción de los nuevos conceptos y de manera más duradera. Además, para otorgar el grado de implantación de una transgresión innovadora se deberá dar al unísono en los ámbitos de la razón y la emoción.
LA INNOVACIÓN ES UNA APUESTA DE PRESENTE QUE AFECTA AL FUTURO
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